Ante los resultados electorales del pasado primero de julio, se abre una extraordinaria
oportunidad para repensar la estrategia mexicana hacia el exterior que posicione a
México en un espacio congruente con sus objetivos internos y su realidad internacional.
Todo ello en el contexto de las herramientas que tiene a su disposición para aumentar
su atractivo y competitividad en el escenario internacional